Amor y deseo homosexual entre los samuráis

En el cine y la televisión jamás lograrás ver historias sobre la vida sentimental de los samuráis, menos si se trata de amor y deseo entre dos hombres.

Muy guardadas se tienen las historias surgidas entre los guerreros legendarios japoneses quienes daban su vida en pro de defender y proteger las misiones que les eran otorgadas. Quizás por ser personajes con un alto nivel de orgullo en la sociedad nipona se tiende a honrar su legado sin manchar el buen nombre. Aun así, no se puede tapar con una sola mano aquellos aspectos personales de estos guerreros que poco a poco salen a la luz.

Sobre el plan sentimental hoy se saben algunas historias vividas entre los Wakashudos, quienes eran un dueto conformado entre maestro y aprendiz, donde el primero era el encargado de entregar su conocimiento más preciado al joven aspirante a samurái.

Según artículos que hacen referencia sobre este tema, los wakashu eran jóvenes de apariencia andrógina deseados tanto por mujeres como por hombres. Una vez entregado un wakashu a un samurái esta relación pasaba a llamarse Wakashudo, y de allí parte al nombre final o como de forma breve se les suele decir: Shudo.

En esta parte de la historia es importante decir que en el antiguo Japón no existían términos como “homosexual” como forma señalar a una persona que le gustaba otra del propio género, pero, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo si eran señaladas como homosexuales. Y lo mejor de ello es que no era mal visto, se ha descubierto que en esa época muchos notables de la sociedad nipona participaban en este tipo de actos sexuales, incluyendo a los samuráis.

La clave de la relación shudo era que el maestro debía enseñarle al joven alumno todos sus conocimientos en artes marciales, además, de impartir cada parte del código samurái para que éste lo aprendiera.

Con base a esta unión se puede señalar que en muchas ocasiones este tipo de relaciones tomaron un eje totalmente distinto al de la enseñanza, al contemplar que muchas de ellas tuvieron un lado romántico y hasta sexual.

En varios escritos se deja en evidencia que esto pasaba porque muchos samuráis tenían en mente que las relaciones con mujeres hacían que el hombre se tornara “suave y femenino”, algo que no era bien visto.

Aunque no están muy presentes en el día a día las historias románticas entre shudos, la literatura tiene evidencia de ello como, por ejemplo, Genji Monogatari o Historia de Genji una historia de época que comparte parte de este tema.

Para terminar, se sabe que una vez el joven aprendiz sabía absolutamente todo sobre el arte samurái, la relación shudo culminaba y con ella todo aquel tipo de lazo nacido durante ese tiempo entre los dos hombres.

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