“Si has vivido en un cuerpo que sientes ajeno… ¿por qué tu cuerpo sería algo que respetas y tratas bien?”
Según una investigación del medio de noticias LGBTQ+ Uncloseted Media, los hombres transgénero sufren altas tasas de trastornos alimentarios debido a la disforia, el intenso estigma social y el deseo de control en un mundo que los priva de él.
Según un estudio, más del 70 % de las personas LGBTQ+ menores de 24 años han sido diagnosticadas o sospechan que padecen un trastorno alimentario. Estas tasas son sustancialmente más altas en los hombres transgénero, según una revisión sistemática.
“Los trastornos alimentarios tienen su raíz en el control”, dijo Lydia Rhino, directora de programas de The Eating Disorder Foundation, a Uncloseted Media. “Da miedo ser una persona trans en Estados Unidos. Cuando no hay seguridad ni aceptación en muchos lugares, los trastornos alimentarios son una forma de expresar el poco control que se tiene sobre uno mismo”.
Rhino citó el tenso clima político que patologiza la idea misma de ser trans, con la dismorfia corporal y los intentos de aliviar la disforia jugando papeles importantes.
“Si has vivido en un cuerpo que no se siente como tuyo, donde la gente te ha identificado de una manera, y sabes que no se siente correcto, ¿por qué tu cuerpo sería algo que respetas y tratas bien?”
Daniel-José Cyan, un hombre transgénero con un trastorno alimentario, le dijo a Uncloseted: “He luchado con mi relación con la comida desde la infancia. Cuando estaba en quinto grado, mis compañeros, mis maestros y mi familia me molestaban y me acosaban mucho por mi peso. Contaba calorías, evitaba las comidas y la comida se convirtió en sinónimo de gordura y eso, para mí, era una de las peores cosas que podía ser”, dice. “La comida se convirtió en una cosa para sobrevivir. Comía porque tener hambre me haría enfermar físicamente. Siempre pensé que tenía algún tipo de anorexia, pero según un nutricionista que estoy viendo, se llama trastorno alimentario por atracón y restricción”.
Dijo que las presiones de haber sido criada como una niña contribuyeron a esto. “No tuve una niñez agradable. Me enseñaron estereotipos de alimentación femenina a causa de estos estándares de belleza imposibles de lo que significaba ser una niña”.
Cyan también mencionó la dificultad de hablar sobre su trastorno alimentario, lo que hace que buscar tratamiento sea más difícil. “Siento que se lo toman menos en serio porque parezco un hombre, y es más vergonzoso tener que lidiar con eso como hombre. Cuando estaba considerando mi género, siempre pensé que los hombres no tienen que preocuparse por su apariencia. Pero ese no fue el caso”.
Este sesgo puede incluso afectar a los proveedores, que pueden privar a los hombres transgénero de la atención.
La evidencia sugiere que una forma de aliviar los síntomas del trastorno alimentario en los hombres trans es la atención de afirmación de género.
De todos modos, la recuperación es un proceso difícil. Emmy Johnson, una terapeuta especializada en personas LGBTQ+ con trastornos alimentarios, le dijo a Uncloseted: “La recuperación no es lineal. Si no está listo para buscar la recuperación, aún así merece apoyo, y queremos ayudarlo a mantenerse con vida y reducir el daño que el trastorno alimentario le está causando”.
Fuente: LGBTQ Nation
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