¿Cuál es el enredo?
Tremendo problema se ha ganado un hombre quien estuvo casado con una mujer, con quien ya llevaba 9 años de separados, ahora ella lo está demandando porque por “ser homosexual y ocultarlo”, algo que tiene desconcertado a muchas personas que conocen a esta expareja.
Javier Vilata anda visitando los tribunales por algo que muchas personas tildan como “idiotez” por parte de la exesposa. “Ocultar su homosexualidad” es el supuesto delito del que es acusado, después de que a los oídos de la señora le llegaran comentarios de todos los amoríos que Javier tuvo en su juventud con otros hombres.
En la demanda la exesposa exige que se borre del registro público el acta matrimonial de Javier y ella, además exige que se le pague una multa de 10.000 euros por daños morales… ¿Qué tal esto?
Entre otras cosas la mujer explica que «de haber tenido conocimiento de la condición de homosexual […], no hubiera prestado su consentimiento», por tal motivo ella cree que está en todo su derecho de reclamar ante un tribunal para que su alma y consciencia se sienta tranquila, al recibir un monto económico que alivie sus sentimientos.
Una de las aclaraciones que ha hecho Javier es que no es homosexual sino bisexual, por lo tanto, el hecho de compartir su vida con ella no fue con ánimos de ocultar su sexualidad porque siempre ha sentido atracción tanto por hombres como por mujeres. Pero esto para ella no es suficiente explicación, alegando que ella no fue consciente de su orientación sexual durante el matrimonio, sino solo hasta que llegó el divorcio.
Este hecho ha sido enmarcado por los medios españoles como absurdo y bifóbico.
¿Qué pasó con la demanda?
Una jueza ha declarado que la exesposa tiene toda la razón porque el «desengaño personal no es resarcible económicamente», pese a que ocultó su homosexualidad por lo que consideró justo un pago de mil euros por año.
«Me casé enamorado y llevé una vida totalmente heterosexual en mi matrimonio y con posterioridad también; nunca engañé a mi mujer ocultando mi sexualidad», dijo Javier, aunque este argumento no fue lo suficiente para quien dictó la sentencia ni tampoco para su exmujer.
En la propia decisión de la juez se establece que en 2016 Javier comunicó a su exesposa, «con quien mantenía una buena relación, su condición de homosexual» y ella «le apoyó, según manifiesta, en la creencia de que tal orientación sexual había aflorado con posterioridad al matrimonio».
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