¿Antes se volvían locos el uno por el otro, pero ahora hay desagrado? No te asustes, esto no tiene por qué ser el final.
¿Alguna vez has estado cenando con tu pareja y, de repente, te molesta cada vez que le da un mordisco a su comida porque el sonido de su masticación te da desagrado? ¿O has estado tratando de ver Netflix y relajarte cuando tu ligue elige una película que te desagrada al instante? Esa sensación particular es algo que siente mucha gente en algún punto de la relación. Se ha hablado mucho sobre ello en Internet en los últimos años, pero ¿qué es esa sensación? ¿qué lo causa y, lo más importante, tu relación está condenada al fracaso después de que te dé esa sensación de desagrado?
La sensación de asco o desagrado provocada por tu pareja suele darse por algo pequeño y poco importante. «En un momento estás mirando a tu pareja, lindo y maravilloso, y de repente, ¡zas! Hace algo como pronunciar mal una palabra, y te cuestionas cada elección de vida que te llevó a este momento», le dice a PRIDE Hannah Reeves, terapeuta de relaciones y escritora de la plataforma de citas en línea Private Sugar Club. «Es como si se activara un interruptor interno y, de repente, todo en esa persona te rechina. La forma en que camina, la forma en que se ríe, incluso la forma en que respira. Es la sensación más extraña e irracional, pero no es poco común».
El sentimiento de repulsión suele estar causado por conductas o gestos que de repente nos resultan poco atractivos. Reeves dice que, por lo general, nos da asco cuando se rompe la “ilusión” de que nuestra pareja es perfecta. “Les digo a mis clientes todo el tiempo que nadie es perfecto, pero cuando la fase de luna de miel comienza a decaer y empezamos a ver esas pequeñas peculiaridades, a veces nos molestan”, dice Reeves. “Y, seamos sinceros, nuestros cerebros son excelentes para concentrarse en las cosas más aleatorias cuando nos sentimos inseguros. Un día están comiendo un sándwich y al siguiente, estás observando la forma en que mastican como si fuera un ataque personal”.
Tu relación no ha terminado solo porque hayas tenido esta sensación, pero puede que te cueste un poco de trabajo recuperarte. «No tiene por qué ser fatal, pero depende de la profundidad de la relación y de la comunicación», explica a PRIDE Jeanne Cross, terapeuta queer y propietaria del Centro EMDR de Denver. «Si el ‘mal’ está ligado a rasgos superficiales, es más fácil superarlo. Si tiene su raíz en incompatibilidades más profundas, puede acabar con una relación». También es importante diferenciar entre las pequeñas cosas de alguien que te molestan y las señales de alerta que son una señal de que debes romper con él.
¿Qué es lo que debes hacer entonces si llegas a experimentar esta sensación con tu pareja?
Lo primero es aprender que aceptar las cosas raras que hace tu pareja y que te molestan o te hacen sentir incómodo es la clave para superarlas. «Acepta los defectos de tu pareja, son parte de su forma de ser y, con el tiempo, cuando conozcas mejor a la persona, es muy probable que empieces a verla como algo encantador», dice Sofie Roos, sexóloga bisexual y terapeuta de relaciones afincada en Suecia, en declaraciones a PRIDE.
El segundo paso es tener un diálogo abierto y honesto con tu pareja, especialmente si estás luchando por volver a conectar con ella después de sentirte mal. Reeves explica: “La comunicación es otra cosa importante. Y no el tipo de comunicación en la que simplemente dices: ‘¡Me estás volviendo loco! Me refiero a tener una conversación amable y abierta sobre cómo te sientes y ver si hay algo más en juego”.
Si llega a ser muy difícil el superar la sensación de repelus por tu pareja también existe la opción de acudir a un terapeuta. Probar la terapia; tanto la terapia individual como la de pareja pueden resultar beneficioso. “Si aprende a lidiar con usted mismo cuando siente malestar en lugar de correr hacia una nueva relación, tendrá más posibilidades de encontrar relaciones duraderas y felices, así como de mantener la actual”, explica Roos.
Finalmente, Si no puedes superarlo, sé honesto contigo mismo y con tu pareja y sigue adelante. “Si el asco no desaparece, puede ser que tu instinto esté tratando de decirte algo más grave”, dice Reeves. “Siempre he dicho: ‘Confía en tu instinto, pero dale voz a tu corazón también’. A veces es solo una fase, otras veces es un letrero de neón que grita ‘esto no es lo que buscas’. De cualquier manera, vale la pena tomarse el tiempo para resolverlo, ya sea a través de la autorreflexión o trabajándolo con tu pareja”.
Fuente: Pride
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