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Terminé a media noche con mi jefe en su casa

Terminé a media noche con mi jefe en su casa

Terminé a media noche con mi jefe en su casa

Nunca pensé llegar a tener un encuentro tan cercano con mi jefe porque todos en la empresa pensamos que es un hombre malgeniado y todo el día está con una cara de seriedad.

Hola, soy Miguel, tengo 20 años, soy un hombre muy alegre, extrovertido, amable y trabajador. Hace un mes aproximadamente ingresé a laborar en una planta de comidas, en este lugar se cocina todos los alimentos que luego son distribuidos en varios puntos de venta dentro de la ciudad. Aquí ingresé como cocinero auxiliar, mientras termino mi carrera como gastrónomo.

ciudad. Aquí ingresé como cocinero auxiliar, mientras termino mi carrera como gastrónomo.

Me encanta cocina, crear delicias para el paladar, jugar con los sabores y mi sueño es viajar por el mundo para aprender sobre la cocina de todos los países.

Por el momento me conformo con el trabajo que tengo y el poder estudiar, aunque en cuanto al trabajo existe un punto que no es de mi agrado: Ángel, mi jefe, que de ángel no tiene ni un pelo, o al menos eso tenía en mente.

Ángel es el dueño de toda la planta. Llega muy temprano por la mañana, sale al mediodía, regresa sobre la tarde y muy a media noche se va a su casa. Él es divorciado, tiene dos hijos muy pequeños y un precioso perro. Físicamente puedo decir que es un bombón. Muchas veces lo miro con un morbo porque es el típico macho fuerte, alto, de voz gruesa, músculos gruesos, imponente, pero su amargura lo daña por completo. Las veces que se ha acercado a mí fue la primera para saber quién era y las tres posteriores para regañarme -lo hizo con justa razón, yo había hecho mal las cosas y lo reconozco-.

Yo, me puedo describir físicamente como un joven algo delgado, de estatura media, de piel blanca y tengo buenas piernas, soy masculino y bisexual, aunque puedo decir que desde los 17 años no he vuelto a salir con una mujer porque me llaman mucho más la atención los hombres, como, por ejemplo, Ángel.

Este fin de semana ocurrió algo inesperado. El sábado por la noche mi jefe fue contratado para un evento, para ello Ángel le pidió a uno de los chef que seleccionara a un grupo para encargarse de la actividad, afortunadamente yo quedé entre ellos y solo puedo decir, que a pesar de tanto correr para hacer las cosas de una buena forma, al final tuve mi recompensa.

Llegado el momento del evento, el cual implicaba transportar todos los alimentos de la fábrica al lugar donde se realizaría la ceremonia, llegar servir, alistar, atender a las personas, recoger todo, regresar a la fábrica nuevamente, dejar todo y salir a casa fue una odisea.

Eran como las 10 de la noche y todos estábamos muy cansado, incluso Ángel quien nos acompañó todo el tiempo. Una vez llegada la hora de salir, Ángel dijo que podría acercar a sus casas a tres personas que vivieran sobre la vía que él tomaba. Solo una persona dijo que iría con él mientras las demás dieron las gracias, pero vivían al otro lado de la ciudad, yo no dije nada y solamente salí con el resto del grupo. Una vez estando a las afueras de la fábrica me distancié del grupo, porque deseaba contactar con algún chico cercano en la app.

En la app tengo de perfil la foto de mi cara, para no generar tanta suspicacia, además, soy un chico de rostro muy varonil, algo que atrae demasiado, no tardó mucho tiempo cuando me llegó un mensaje con la foto de perfil de un hombre que solo mostraba su torso. A pesar de no mostrar su cara puedo decir que lo visto llamó toda mi atención por lo atlético que era.

Respondí al mensaje, pero al cabo de cinco minutos el hombre no leía mi texto, entonces opté por seguir mi camino y mejor tomar un Uber para llegar a mi casa, justo en ese momento escucho cuando una camioneta me echa pito. No podía creer era Ángel, aunque estaba acompañado de Juan quien fue el único que acepto el aventón.

Ángel bajó el vidrio y me dijo que si me servía la ruta para acercarme. Yo le dije que iba a tomar un Uber, fue cuando él insistió y dijo que entrara al carro y que en su casa pidiera el Uber, así sería más fácil y no estaría expuesto a correr peligro. Yo acepté.

Durante el camino miré mi celular varias veces para ver si la persona que me había enviado el mensaje volvería a contactarme, pero no fue así. Me escribieron otros hombres, pero la verdad, yo solo quería que fuera ese hombre. También, durante el recorrido supe porque Ángel estaba casi todo el día en la fábrica. Él le había sido infiel a su mujer, fue descubierto por ella y ahora estaba viviendo solo. No soporta estar en su casa en soledad, por lo tanto, prefiere entregarse al trabajo. Además, actualmente solo tiene la fábrica y las ventas han bajado demasiado, por ello está buscando nuevas estrategias para subir las ventas, por si fuera poco, su mujer se quedó con gran parte de su dinero y la custodia de sus hijos, algo que lo estresa demasiado.

A medio camino Juan se bajó del auto, Ángel y yo seguimos hacía su casa. Él empezó a preguntarme por mi vida, yo solo respondía a sus preguntas y empecé a sentirme ameno. Al llegar a su casa, pude ver que tiene un buen gusto y es amante de los animales, algo supremamente lindo.

Me brindó algo de tomar, pero yo le dije que iba a pedir el Uber para irme a casa. En ese momento me mostró algo que me dejó sorprendido. Fue mágico ver esa imagen, yo no lo podía creer, era lo que más estaba ansiando esa noche… su perfil en la app de citas, él era el hombre que me había escrito.

Yo quedé mudo. Para ese momento Ángel me dice: “¿De verdad no quieres nada de tomar? ¿Quieres tomar el Uber e irte a tu casa?”

Puedo decir que no me salían las palabras. Mi jefe, el hombre malgeniado que me había regañado en ocasiones resultó escribiéndome en la app. ¿Lo pueden imaginar? Yo al cabo de unos segundos acepté el trago de licor y pregunté si me podía sentar.

Al estar en el sofá él se sentó al frente, tenía un vaso con whisky y empezó a hablarme sobre su vida. Mientras tomaba contó que siempre le han atraído los hombres, incluso, su matrimonio terminó porque él fue sorprendido por su ex mujer en la cama de un hotel con un amigo de aventuras que tenía. Dice que fue lo mejor, pues tiene 36 años y desea disfrutar ahora su vida de forma libre, aunque le duele el no tener cerca a sus hijos.

Además. Me confesó que cuando vio mi perfil en la app quedó sorprendido, pero aun así quiso entablar una conversación. Yo solamente escuchaba. Al pasar media hora salimos al balcón y mientras los dos fumábamos yo inicie a hablar de manera interrumpida. Le dije lo que pensaba de él, incluso que era una persona amargada y que al mismo tiempo me resultaba sexy. Él solo ser reía.

Empezamos a tomar más confianza y de un momento a otro resultamos hablando de sexo. O sea, mi jefe y yo hablando sin regaños de por medio. Wow, era algo jamás pensado. Volvimos dentro de la casa, yo me senté de nuevo en el sofá y él lo hizo al lado. Para ese momento había traído más licor. Yo le pregunté por sus gustos, los cuales el describió prácticamente que le gustaban los hombres como yo y que fuesen pasivos. En realidad, no sabía qué hacer, porque él era todo lo que siempre he deseado en un hombre.

Casi al momento de terminar el trago él me dice: “¿Me puedo acercar a ti?”, con mi cabeza hice señal que sí. Él inmediatamente lo hizo, su cara estaba frente a la mía, fijamos la mirada uno en el otro y diez segundos después me besó.

Nos besamos tan fuerte que no queríamos dejar de hacerlo, por lo menos así fue como 20 minutos. Así es, demoramos mucho tiempo solo en los besos, hasta que, recibí una llamada urgente. Era mi madre, alertándome que mi papá estaba en el hospital junto con mi hermana y hermano pues se habían intoxicado.

El momento de pasión tendría que esperar. Pero, lo más lindo que recuerdo es que Ángel se ofreció a llevarme al hospital. Justo antes de bajar del auto nos besamos y me dijo que el lunes me esperaba en el trabajo, pero, quería conocer más de mí.

Así fue, el lunes llegué puntual a trabajar y al cabo de unas dos horas de labor Ángel bajó a pedir desayuno y dejó claro que necesitaba que yo se lo llevara a la oficina. Cuando entré a su oficina nos saludamos y entre los nervios nos agarramos a besos. Desde entonces hemos hablado demasiado por esta última semana y quedamos en encontrarnos este fin de semana para ir a cine y luego plan arrunche en su casa.

Estoy muy emocionado.

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