Aún existen muchos prejuicios acerca de cómo debe ser un activo y un pasivo en la comunidad gay.
La difícil situación de los pasivos altos es un dilema recurrente en la comunidad gay. Pero ¿qué hay de su pariente en el discurso de la intimidad, el problema de los activos bajos?
Aunque la práctica de asociar características físicas a la preferencia sexual es de mente cerrada y regresiva, ¡seguimos haciéndolo! Se puede culpar a la sociedad por los estereotipos: la gente ha asociado la altura desde hace mucho tiempo con rasgos como el liderazgo y la fuerza.
La misma línea de pensamiento se aplica a activos y pasivos, y tenemos la prueba científica. En un ejercicio, investigadores analizaron las preferencias de altura entre los hombres gay y descubrieron que «los hombres que preferían un rol sexual más dominante y más ‘activo’ preferían parejas más bajas, mientras que aquellos que preferían un rol sexual más sumiso y más ‘pasivo’ preferían parejas más altas».
En otras palabras, los hombres que prefieren ser activos desean parejas más bajas, mientras que los que prefieren ser pasivos anhelan parejas más altas.
Un usuario de redes sociales llamado «Jager Watson» reiteró estos hallazgos con una publicación el fin de semana. «Cariño, tú mides 1,70 m y yo 1,88 m, no voy a ser pasivo para ti», dijo con naturalidad.
Como era de esperar, la restrictiva proclamación provocó una reacción apasionada en línea, especialmente entre quienes se autodenominan «reyes de la baja estatura». ¡Y tiene sentido! Según el Diccionario Urbano, un «rey de la baja estatura» es un «hombre que se da cuenta de que su falta de estatura no tiene nada que ver con su percepción de su propia valía».
«Los reyes de baja estatura son los mejores activos, pero no están listos para esa conversación», respondió alguien.
Otro comentario fue “ser activo con mi novio de 190cm es lo más divertido que he hecho en la vida”
Como señalan los reyes de baja estatura y sus admiradores, una de las principales ventajas de ser gay es la capacidad de ignorar las normas heterosexuales. No tenemos que seguir ninguna regla; sin embargo, a menudo lo hacemos.
Irónicamente, los rasgos heteronormativos se suelen atribuir a los activos, quienes supuestamente tienen el control. Existen todo tipo de reglas no escritas sobre cómo deben hablar, escribir y relajarse.
Ya es hora de liberarnos de las normas no escritas impuestas por la heteronormatividad y acoger la diversidad que conforma nuestra comunidad.
Fuente: Queerty
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