El famoso filósofo griego Diógenes dijo una vez: “En la casa de un hombre rico, no hay lugar para escupir excepto su cara”.
¿Degradante? Tal vez. ¿Excitante? Millones de hombres homosexuales piensan que sí.
Al igual que una axila masculina sudorosa, cuando evocas la imagen de alguien escupiendo, tu primer instinto puede ser hacer una mueca. Después de todo, ¿qué tiene de bueno una sustancia líquida llena de enzimas digestivas, ácido úrico, electrolitos, proteínas formadoras de moco y colesterol? Esos son literalmente los diferentes compuestos que forman la sustancia viscosa en nuestra boca, que nos ayudan a descomponer los alimentos, tragarlos y luego limpiarnos los dientes.
¿Te sientes excitado? Posiblemente no, pero si llevas el viscoso liquido del amor al dormitorio, de repente puede adquirir un significado completamente diferente para muchos hombres homosexuales.
Ya sea que ames u odies escupir (o que te escupan, especialmente durante las relaciones sexuales) es otro fetiche popular en nuestra comunidad, y aunque existen nombres elegantes para varias otras predilecciones que involucran fluidos corporales como la orina (urofilia) o incluso el vómito (emetofilia), todavía no parece haber un nombre oficial para la gratificación sexual asociada con ser escupido.
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El pariente más cercano podría ser lo que se conoce como “fetichismo húmedo y desordenado” (WAM), también conocido como sploshing, que es una forma de gratificación mediante la cual una persona se excita cuando se aplican grandes cantidades de una sustancia sobre la piel desnuda, ya sea el cuerpo o el rostro.
Sin embargo, según algunas conversaciones con amantes de la saliva en la comunidad queer, el fetiche de la saliva no se trata tanto de que la sustancia en sí esté en ellos, sino del acto de transferir la saliva de una persona a otra. En otras palabras, se trata más del acto de escupir y menos de la saliva.
Ya sea escupir en el pecho de alguien durante un acto de dominación agresivo, o un seductor goteo de saliva de una boca a otra durante una intensa escena de juego previo, los amantes de la saliva parecen tener diversas razones por las que aman la sustancia pegajosa translúcida. Queerty con varios, cada uno de los cuales brindó información interesante sobre por qué les excita el acto.
Para un latino de 28 años que optó por permanecer en el anonimato (llamémoslo “Jerry”), escupir representaba un acto agresivo de marcar el territorio. Nos dijo que, desde que tiene memoria, cuando se acerca al urinario en un baño público, lo primero que siempre hace es escupir en él, antes de comenzar a hacer sus necesidades.
Lo describe como algo instintivo que en realidad casi hace inconscientemente, pero dijo que se siente como si fuera «dueño» de su lugar y les indica a los demás en el baño que mantengan la distancia. Él siente lo mismo acerca de escupir a una pareja dispuesta.
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«Jerry» continúa describiendo que, durante el sexo, le encanta la idea de «dominar» a su pareja escupiéndole, y dice que sus amantes se vuelven locos por el hecho de que él es tan «agresivo, crudo y autoritario», algo que asocian con la masculinidad. Lo compara con algo casi en el espectro BDSM, donde puede sentirse como el “maestro”, que escupe a su “sumiso” para casi degradarlo, pero de una manera consensuada que los hace sentir deferentes de la manera más ardiente posible.
“John”, un hombre blanco de unos 40 años, tiene una explicación diferente de por qué no se cansa de que le escupan en el dormitorio. Para él, se trata más de la idea de añadir lubricación adicional al escenario.
“La saliva es la forma más íntima de lubricación, ya que proviene directamente del cuerpo de tu amante. Húmedo. Sensual. Natural. Puede hacer que el sexo sea mucho más personal entre tú y tu pareja”.
«John» continúa diciendo que en realidad prefiere usar saliva antes que un lubricante comprado en la tienda, porque se siente mucho más «animal y crudo». Él ve el lubricante regular como casi una “barrera” a algo puramente relacionado con el cuerpo y sus jugos naturales.
Por lo que parece, el fetiche por escupir no desaparecerá pronto. ¿Y por qué debería hacerlo? Si lo pruebas, puede que te guste.
Fuente: Queerty
Imagen de portada tomada de Shutterstock
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