Algunos prefieren el sexo vainilla y otros prefieren algo más picante.
Entonces, te gustan algunas prácticas sexuales que muchos chicos llamarían “poco ortodoxas”. Por lo general, esto no es un problema, pero el chico nuevo con el que empezaste a salir no tiene la menor idea y no crees que le interese. De hecho, crees que podrías asustarlo si le dijeras la verdad. El sexo es bueno ahora, pero no te sientes completamente satisfecho. ¿Cómo le dices a tu nueva pareja que quieres explorar algunas prácticas más pervertidas en el dormitorio?
Iniciar la relación con apertura y honestidad
No se trata exactamente de sexo per se. Se trata más de un aspecto general de la relación y de ser sincero acerca de quién eres y las cosas que te gusta hacer. A medida que te conozca por todas tus pequeñas complejidades e idiosincrasias, comenzará a apreciar tus peculiaridades más leves. De esta manera, cuando empieces a volverte un poco más extraño, él no estará tan desprevenido.
Estar (demasiado) interesado en sus intereses
Es importante que le prestes atención, especialmente si estás nervioso por lo que pueda pensar sobre tu fetiche. Ten en cuenta que él también puede estar en el mismo barco. Todo el mundo tiene algo extraño en sí mismo que teme compartir con su pareja, así que interésate demasiado en todo lo que a él le interesa a medida que se acerca el gran momento.
Mide su apertura a explorar cosas nuevas
Dado que recientemente comenzaste a salir con él, es completamente normal (y saludable) preguntarle si hay prácticas sexuales que le gustan o si hay cosas que quiera explorar contigo. Puede que sea completamente vainilla y no tenga absolutamente ningún deseo sexual por cosas nuevas, pero ¿quién sabe? Puede que a él también le gusten algunas cosas bastante pervertidas.
No le des mucha importancia a tu fetiche
Si lo haces parecer algo importante, inmediatamente lo será. No tienes cáncer. No te estás muriendo. Todo va bien en tu relación. No hagas que parezca que hay un gran problema.
Empieza diciendo que te gusta algo ligeramente pervertido
Si no puedes evaluar su respuesta y no estás seguro de en qué estaría interesado, comienza con pequeñas peticiones sexuales. Digamos que eres un completo masoquista. Te encanta que te aten, te humillen, te golpeen y los deportes acuáticos. En lugar de comenzar con: “¿Podrías atarme, azotarme y decirme insultos homofóbicos mientras me orinas?”. Comienza con algo un poco menos intenso. ¿Qué tal, “¿Te interesaría azotarme?” Sabrás por cómo te azota si le gusta.
Progresa lentamente hacia cosas más pervertidas
Esto es lo que a los psicólogos sociales les gusta llamar la técnica del pie en la puerta. Le pides a alguien que haga algo pequeño y, una vez que acepta la tarea, le pides que haga algo un poco más grande. Eso es exactamente lo que estás haciendo. Empezaste con algo pequeño. Mediste su respuesta y su deseo de participar en prácticas sexuales más pervertidas. Ahora empiezas a pedir cosas más intensas y ves dónde traza (o no) el límite.
Fuente: Pride
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