¿Está cambiando la forma de socializar y relacionarse entre hombres heterosexuales?
La respuesta a esta pregunta puede tener varias respuestas, entre ellas un NO rotundo entre esos hombres de generaciones anteriores quienes siguen considerando que el contacto físico entre varones debe ser muy limitado, mientras que las generaciones actuales están haciendo el cambio destruyendo poco a poco esas masculinidades tóxicas.
Un estudio reciente ha entregado información importante sobre este tema. Investigadores británicos plantearon la hipótesis de que sí, los límites de género se están expandiendo. Para demostrarlo, hablaron con 40 atletas varones heterosexuales entre los 18 y 19 años, que el estudio etiqueta como los árbitros típicos de la masculinidad, para ver si alguna vez se habían abrazado y acostado con otro hombre. Los investigadores calcularon que SÍ, las normas de género están cambiando, más hombres heterosexuales dirán que están de acuerdo con abrazar y acurrucarse con otro hombre.
Lo que encontraron los investigadores fue un poco sorprendente: los hombres dijeron que estaban de acuerdo con los abrazos y hasta dormir en cucharita con otro hombre. Casi el 93 por ciento afirmó haberlo hecho.
El estudio analizó tres temas principales: compartir la cama, abrazar y acurrucarse.
De los 40 hombres entrevistados, 39 dijeron que habían compartido cama con otro hombre al menos una vez desde que asistieron a la universidad. Sin embargo, todos los 40 atletas explicaron que no había ningún estigma en compartir la cama con otro hombre, incluso si el otro hombre no era un amigo particularmente cercano.
Los estudiantes también dijeron que se dedican a cucharear. Los investigadores encontraron que algunos encuestados se acurrucaban con bastante frecuencia, y parecía haber poca correlación entre las jerarquías sociales y la posición que tomaban los implicados (abrazar o ser abrazado) mientras están de cucharita.
Incluso, sobre las erecciones matutinas también se indagó. Los estudiantes no estigmatizaron el hecho de notar las erecciones de sus compañeros. En cambio, ellos explicaron que rompieron la tensión y la incomodidad del momento bromeando, lo que los investigadores notaron como una reacción históricamente común a las tensiones sexuales incómodas entre hombres heterosexuales.
Tres estudiantes dijeron que nunca se habían abrazado ni acurrucado con otro hombre, aún así, también afirmaron que no estigmatizaban estos actos. Uno de estos tres encuestados incluso sugirió que sería bueno abrazar o estar en cucharita con otro hombre.
Cabe notar que aunque el estudio es relativamente pequeño, localizado en un país donde la homosexualidad no es penalizada desde los años 90’s y segmentado entre jóvenes, tiene información muy valiosa que ayuda a poner en perspectiva como puede el futuro entre las nuevas generaciones.
Fuente: Vox
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