Challengers, la película de la que habla media comunidad queer esta llena de energía bisexual.
Un thriller psicológico lleno de calentura. En el transcurso de la semana pasada, Challengers, la película de la que todos hablan, recibió su estreno retrasado y muy esperado. La película de dos horas de duración cuenta la historia del campeón de tenis profesional Art (Mike Faist), que se está preparando para regresar a la cancha gracias a la ayuda de su entrenadora y esposa, Tashi (Zendaya). Jugando en contra de Art está Patrick (Josh O’Connor), cuyo estatus como jugador ha decaído. En el pasado, los dos chicos compitieron por el afecto de Tashi, lo que resultó en un tumultuoso triángulo amoroso que sirve como base de la película. A lo largo del año pasado, los avances sugirieron una especie de ménage à trois, lo que generó entusiasmo por la película. En general, Challengers ha sido bien recibida, a pesar de algunos debates sobre la sexualidad y la representación en la película. Pero la mitad de la diversión de Challengers es el aspecto de “lo harán o no lo harán”, que se manifiesta en forma de tensión sexual parasocial.
En la película en las “secuencias del presente”, estamos en 2019 y Tashi está casado con Art. Ella lo entrenó, elevando su estatus de un tenista mediocre al de campeón del US Open. Se conocieron por primera vez en 2006, cuando Art y Patrick ganaron el título de dobles junior masculino en el US Open. Los dos invitan a Tashi a su habitación de hotel, donde ambos besan a Tashi y, luego, entre ellos. Tashi cierra la actividad antes de que continúe, pero les promete a los chicos que le dará su número a quien gane la final de singles junior al día siguiente.
Patrick gana. En el transcurso de la película, vemos a Patrick y Tashi navegar una relación a larga distancia, así como una amistad con Art, completa con una sensual alimentación de churros. Mientras Art y Tashi estudian en Stanford, Patrick se ha vuelto profesional. Art le sugiere a Tashi que Patrick en realidad no la ama, a lo que ella responde: “¿Qué te hace pensar que quiero que alguien se enamore de mí?”
Durante una conferencia de prensa para Challengers, Zendaya describió a Tashi como “un personaje femenino que no tiene por qué ser simpático y no le importa que te guste o no. Y no pide perdón por nada”. En el transcurso de la película, vemos a Tashi arrasando en la cancha, dejando el afecto de los chicos en un segundo plano. Después de una discusión durante el sexo, Tashi juega un partido, durante el cual sufre una lesión en la rodilla que pone fin a su carrera. Aunque Patrick corre al lado de Tashi, ella lo ignora y Art está a su lado durante la recuperación.
Art y Patrick no hablan durante años después del hecho, pero esta tensión y celos se habían ido acumulando durante años. Aunque el bromance entre Patrick y Art es visible y en algunos puntos tangible, el subtexto del odio está siempre presente.
Faist reveló que él y O’Connor habían trabajado para cultivar esta tensión en pantalla seis semanas antes del rodaje, cuando se mudaron temporalmente a Boston para la producción.
“Josh y yo pasábamos el tiempo que teníamos paseando por Boston”, dijo Faist durante una conferencia de prensa. “Simplemente caminábamos y simplemente hacíamos filas. Íbamos al parque… Y cuando llegamos a esas escenas… nos conocíamos las líneas del otro”.
En 2011, Art y Tashi están comprometidos y tienen una enorme fuerza en el ámbito del tenis. Aunque Art y Patrick todavía no han hablado, Tashi y Patrick se encuentran en una cita durante un partido de tenis, del cual Art está secretamente consciente.
El extraño subtexto de la dinámica de Art y Patrick nunca va más allá de implicaciones sutiles. Puedes cortar la tensión sexual con un cuchillo cuando los dos se reúnen en una sauna en 2019. Pero quizás la sutileza de todo sea la mejor parte.
A lo largo de Challengers, no se puede saber si Patrick y Art quieren follar el uno con el otro, o si quieren ser el uno para el otro. Pero los espectadores nunca pierden la fe.
El final resulta satisfactorio, tanto para el público como para Tashi, Art y Patrick. Aunque algunos espectadores queer han expresado su decepción porque no hay una escena de sexo queer explícita, el consenso general sostiene que la película es una de las más emocionantes de los últimos tiempos. La caótica energía bisexual de Challengers simboliza la estratificación social y la diferencia entre los dos chicos, que buscan desesperadamente la aprobación de Tashi.
Si bien Challengers puede ser polarizante y un poco menos queer de lo que implican los avances, la tensión psicológica conduce a una recompensa satisfactoria.
Fuente: Into More
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