Por Marlon Rodríguez
Se esforzaron para poder realizar el proyecto bajo la pandemia de Covid, porque sabían que iba a ser necesario para los jóvenes LGBTQ.
Cuando las esposas Jessica y Kayla Weissbuch comenzaron Camp Brave Trails, no sabían que iban a brindar un salvavidas para los jóvenes LGBTQ, pues en ese momento el Covid ya no solo era una situación local en China. Por tal razón la pareja supo que debía actuar rápido: «Sabíamos que teníamos que hacer este cambio» a un campamento virtual, «porque muchos de nuestros campistas esperan durante todo el año porque este es uno de los únicos y espacios seguros para ellos».
El proyecto Camp Brave Trails ha sido una labor llena de amor que la pareja comenzó en 2015 para brindar ese espacio seguro que jóvenes LGBTQ buscan. Uno de los ideales de este campamento es ayudar a aumentar la confianza, desarrollar «líderes naturales» y habilidades que necesitan tantos jóvenes LGBTQ.
«El impacto en la juventud LGBTQ ha sido tremendo» escribió Coby Pfaff, director de operaciones de Camp Brave Trails. Él ha visto de primera mano el impacto positivo que ha tenido el campamento en los jóvenes queer y trans: «Muchos campistas han comentado cómo ha cambiado e incluso les ha salvado la vida. La capacitación en liderazgo les brinda a estos jóvenes las herramientas y el coraje para regresar a sus comunidades y construir un futuro mejor, luchando por baños sin género, creando programas de intercambio de ropa para jóvenes trans y mucho más».
El 2020 ha sido un año atípico para todos, y de eso no escapó el campamento, por tal motivo en solo cinco semanas el proyecto tuvo que reinventarse para poder seguir brindando el apoyo a los jóvenes de nuestra comunidad. La virtualización fue el punto de encuentro y de esta forma se pudo llevar a cabo el Camp Brave Trails.
«Tuvimos que adaptarnos y capacitar a nuestro personal para satisfacer las necesidades de un campamento en línea» dijeron, explicando que tenían que investigar software y aprender sobre las actividades de liderazgo que se podían realizar en línea.
Todo lo que se había proyectado para hacerse de forma presencial tuvo que transformarse y el material didáctico fue enviado a las casas de los participantes con el fin de poder hacer cada una de las actividades programadas.
Aunque no estaban preparados para dicho reto, el proyecto funcionó de esta forma y se pudo realizar actividades como espectáculos de drag, talleres de cocina, creación y lectura de poesía, también se dictaron talleres sobre identidad.
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